Un router nuevo no siempre es la respuesta: estos cambios harán que el de tu operador funcione muchísimo mejor

Si el WiFi de casa no te va bien prueba estos trucos para que el router de tu operador funcione mucho mejor

Daniel Vega

Editor

Llevamos años aceptando que el router que nos planta la operadora es suficiente para tener la mejor experiencia, pero la realidad es que esto no es así. Y ojo, no hay que negar que éstos son suficientes para ver vídeos, teletrabajar o incluso hacer alguna videollamada pero, si buscamos algo más serio, cambiarlo por uno neutro es muy buena recomendación hasta que recuerdas que luego vienen configuraciones, claves PPPoE, ONTs y demás tecnicismos, así que quizás no es lo mejor para tu caso concreto. 

En mi caso, después de hartarme a sufrir microcortes y alguna que otra ralentización opté por el camino del medio: no cambiarlo, pero sí sacarle todo el jugo posible. Llamé a la compañía para asegurarme de que no era un fallo de línea y luego me puse a ello y ojo, no voy a prometer que el Wi-Fi ahora vuele como si hubiera una especie de fibra mágica, pero sí puedo decir que la estabilidad ha mejorado, la velocidad es más consistente y en general todo funciona mucho mejor que antes. 

Lo que hice para darle una segunda vida a mi router

Lo primero fue tirar de cable Ethernet en todos los dispositivos en los que podía conectarlo que, a pesar de que no es lo más estético ni tecnológico del mundo, siempre suele ser lo más efectivo. En la mesa de trabajo y en la tele ya tenía el router relativamente cerca, así que un par de cables bien colocados fueron suficientes para mejorar la conexión y es que, si un dispositivo no se mueve, lo mejor es que vaya por cable: menos ruido en el aire y menos interferencias para todos.

Después llegó el momento de pelearme con la configuración. Aparte de asegurarme de que el firmware estaba actualizado, toqué lo básico: banda correcta, canal limpio y funciones como MU-MIMO y QoS activadas para que el router reparta la señal con un poco más de cabeza. El cambio de DNS fue el siguiente paso, porque los que vienen de serie normalmente son lentos y un poco desesperantes así que, con tan sólo acceder al router desde el navegador, ya puedes cambiar a DNS manual y poner 1.1.1.1 y 1.0.0.1. para que todo vaya más ágil. 

Por último, me puse manos a la obra para separar dispositivos. Si tienes IoT en casa —bombillas inteligentes, enchufes, cámaras y demás— ya sabrás que son pequeños vampiros del ancho de banda si el ecosistema es amplio. Por ello, crear una VLAN para esos equipos fue clave: van por su carril y no molestan, y como el router de operadora iba justo de puertos, un switch gestionado me remató la jugada con más conectores y control sobre el tráfico sin gastarme un dineral.

La realidad es que no cambié de router, no monté una infraestructura NASA y tampoco me hice ingeniero de redes de repente. Simplemente le di un par de cariños técnicos al que ya tenía y ahora mi fibra se comporta como debe aunque, si en este punto aún te sigue fallando la conexión tal y como lo hacía antes, lo mejor es que ya optes por cambiar el router por alguno más potente para que todo funcione como debería. 

Vía | Xataka Móvil

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