He puesto el aire acondicionado para no morir por la ola de calor y apestaba. Menos mal que el servicio técnico me había confiado sus trucos

En Sevilla podemos vivir con ventiladores hasta que el calor dice que se acabó, y eso pasó hace ya bastantes días. Fue entonces cuando tocó rebuscar por los cajones el mando del aire acondicionado para conectarlo tras haber estado apagado desde otoño. Y cuál fue mi sorpresa que, al encenderlo, desprendía un  olor bastante desagradable. Según parece, es algo que ocurre a menudo con los aires cuando llevan tiempo parados.

Pero ojo, porque hay varias opciones sobre la mesa cuando un aire acondicionado huele mal. El mal olor que sale del interior de tu aire acondicionado puede deberse, simplemente, a que está sucio. Tal cual. La acumulación de suciedad en el interior es otro de los factores que provoca mal olor, y eso puede deberse simplemente a un filtro, o al desagüe provocando la proliferación de gérmenes. Te contamos cómo puedes solucionarlo.

Los trucos de los expertos en aires acondicionados

Desmonta los filtros y límpialos, tienen todas las papeletas para ser los causantes

Tengo la suerte, porque es una suerte, de que uno de mis amigos tiene una empresa de instalación y mantenimiento de aires acondicionados. Gracias a él tengo una serie de consejos de primera mano para evitar, por ejemplo, que él mismo tenga que venir a casa a revisar mis máquinas y cobrarme por ello. La amistad es así, al menos puedo ahorrarme unos cuantos euros en problemas bastante comunes. Fue él el que me indicó que el polvo y los gérmenes serían los causantes.

En primer lugar, ataqué el flanco del polvo. Extraje los filtros del interior del split de mi aire (en este caso, del salón pues era el único aire acondicionado con problemas de olores) y lo lavé con cuidado en el fregadero. Mi amigo, el técnico, me recomendó usar un poco de lavavajillas para acompañar al agua limpia, pero sin abusar para no crear acumulaciones de jabón que luego entorpecieran el funcionamiento del aire.

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Ya que había abierto el split para sacar y limpiar el filtro, aproveché para limpiar el polvo del interior de la máquina con ayuda de trapos y de una aspiradora. No estaba excesivamente sucia pero algo sí que salió, y pude dejarlo casi completamente limpio. Al menos, hasta donde me alcanzaba la vista. Una vez hecho esto, devolví el filtro a su lugar original y cerré la máquina.

Otra cosa que hice, ésta con más trabajo, fue revisar el desagüe del aire para que no hubiera atascos (tengo al suerte de que la máquina está instalada junto a una terraza, y tengo fácil acceso). Estos atascos, que pueden ocurrir tanto por polvo como por partículas en suspensión (restos de hojas, etc) o por insectos, pueden provocar que dentro del aire quede agua encharcada. Esto produce mal olor por partida doble, por el propio agua, que se pudre, y por las bacterias que pueden adherirse al interior del aire acondicionado.

Una sencilla escobilla en el desagüe del aire bastó para comprobar que no había atascos, así pues, debía ser el polvo. Acabado el “mantenimiento oficial”, procedí a volver a encender el aire acondicionado y, pasados unos minutos, el mal olor desapareció por completo. Me apuntaré en alguna parte esto del mantenimiento y limpieza para la puesta en marcha de aires de cara al futuro. Seguro que mi aire dura más tiempo, y me ahorro visitas del técnico a casa para hacer algo que, al menos en este caso, pude solucionar yo mismo.

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