Tu móvil tiene un enemigo silencioso: si no eliges bien el cable que usas para cargarlo puedes freír la batería sin darte cuenta

Aunque parezcan iguales, hay que saber muy bien qué cable USB elegir a la hora de cargar el móvil con la máxima potencia disponible

Daniel Vega

Editor

Es cierto que la grandísima mayoría de cables USB que tenemos a la venta en el mercado parecen idénticos si los vemos por fuera, pero en cuanto te metes en el ecosistema de Xiaomi descubres que no todo es cuestión de estética. A simple vista puedes pensar que un cable más gordito es solo “más plástico” o un acabado distinto, pero en realidad detrás hay bastante ingeniería para que la carga sea segura y estable, sobre todo cuando hablamos de potencias tan salvajes como los 120W.

Esto mismo es algo que hemos visto en cables con precios desorbitados como el Thunderbolt 4 que vende Apple por 149 euros, y es que hablamos de accesorios que son pura obra de ingeniería cuando los vemos por dentro: el cobre, el número de hilos y cómo se organiza todo ello por dentro es lo que determina si un cable puede aguantar intensidades altas sin calentarse ni perder voltaje. Y claro, eso explica por qué un cable pensado para cargar a 120W no tiene nada que ver con uno de 33W, por mucho que ambos lleven el mismo conector USB-C para enchufarlo al móvil.

Si Xiaomi vende cables gruesos y más caros no es por capricho

La clave está en la propia electricidad: para mover tanta energía, el cable necesita conductores internos más gruesos, un elemento que ayuda a reducir la resistencia, evitar caídas de tensión y mantener la temperatura a raya. Un cable USB típico puede irse a 28 AWG sin despeinarse, pero si pretendes pasar 6A de corriente como hace la tecnología de 120W de Xiaomi, necesitas subir a 22 AWG o incluso más grueso ya que, de lo contrario, el cable se calentaría una barbaridad y la carga se vendría abajo.

Además, hay que tener en cuenta la arquitectura interna. No es lo mismo un cable USB 2.0 que apenas necesita cuatro hilos, que uno USB 3.x que lleva varios pares trenzados para mover datos a 5 o 10 Gbps. Xiaomi, en sus cables de carga rápida, prioriza claramente la potencia: muchos modelos siguen siendo USB 2.0 porque su misión principal es entregar energía, no mover archivos a toda velocidad, así que depende muchísimo del uso que le vayas a dar. 

Esto también explica por qué no todos los cables “tochos” sirven para lo mismo. Un cable pensado para 120W no tiene por qué darte la mejor transferencia USB 3.x, igual que uno diseñado para mover archivos a toda leche puede quedarse lejos en carga rápida. Por eso conviene tener claro qué buscas: si quieres potencia, ve a por los específicos de alta intensidad; si lo tuyo es la transferencia de datos, entonces toca fijarse en los que integran más líneas internas.

Al final, la conclusión es bastante sencilla: en Xiaomi, el grosor del cable no es un adorno ni una manía de diseño, sino una consecuencia directa de lo que hay dentro y para lo que está fabricado. Y gracias a todo eso puede ofrecer sistemas como el 120W Turbo Charge con garantías, sin sustos y sin que el cable se degrade en cuatro días así que ya sabes, siempre que vayas a comprar un cable para tu móvil, revisa muy bien sus especificaciones para que sirva bien para el uso que le quieres dar. 

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