Un móvil es un aparato, y como tal sirve a un propósito. Pero como todo aparato electrónico, implementa una serie de elementos que funcionan mejor si el smartphone está bien tratado. Y es que cuidarlo es la diferencia entre que a los tres años esté hecho un desastre y haya que cambiarlo, o que esté estupendo.
Por ello, hay una serie de prácticas que a veces interiorizamos y las hacemos sin reparar en lo dañinas que a largo plazo pueden ser para la vida útil del teléfono, sobre todo relacionadas con la batería. Es cuestión del dilema de siempre: ¿usar el móvil como queramos sin preocuparnos de nada y luego cambiarlo cuando se rompa? ¿O utilizarlo procurando que nos dure?
El brillo siempre al máximo
La parte que más consume energía de un smartphone es siempre la pantalla, el centro absoluto del teléfono en cuanto a visualización, manejo, interacción y uso. Y el brillo es algo con lo que siempre hay que tener cuidado, ya que cuanto más alto más drena la batería.
Es cierto que las pantallas actuales OLED y AMOLED a 2K son un placer absoluto para ver cosas, pero tenerlas siempre al máximo de brillo y de otras funciones como la tasa de refresco a 75Hz o 120Hz provoca que la batería te dure un día o menos, que tengas que cargar el móvil más a menudo.
Y además es malo para los ojos, provocando no solo ojos irritados, sino mareos y dolores de cabeza porque la vista está cansadísima, sobre todo por la noche si tienes el brillo alto y estás a oscuras.
A veces es inevitable no tener el brillo alto, porque estamos en la calle o en un sitio muy iluminado y queremos ver la pantalla. Pero no hay que convertirlo en una constante, y sobre todo tener activadas funciones como el brillo automático y otras desactivadas como el Always On Display.
No apagarlo nunca ni reiniciarlo a menudo
Hoy día, un smartphone incluso de la gama económica es capaz de hacer muchas tareas y procesos a la vez. El problema es que esto consume memoria RAM, y más si hablamos de aplicaciones poco o mal optimizadas o programas que piden muchos recursos. Por ello, a veces tu Xiaomi, POCO o Redmi va lento.
Y es que incluso aunque hablemos de un móvil con 12GB de RAM -que iría sobradísimo-, puede que a veces tenga tantas tareas y tan pesadas abiertas, que la RAM se resiente y al usarlo el smartphone parece que va lento.
¿Qué hace el reinicio? Ayuda al sistema a liberar la memoria del terminal cerrando los procesos de las apps -y otros de fondo. Por este motivo se aconseja que cuando un móvil vaya lento, lo primerísimo de todo sea reiniciarlo. Y si nunca lo apagas ni para cargarlo, razón de más para que lo hagas, y el móvil respire un poquito.
De hecho, apagarlo si al dia siguiente no madrugas le da un descanso al móvil. Y cargarlo estando apagado es siempre mejor y más eficiente que hacerlo si está encendido, porque además carga más lento.
Tener funciones activadas aún cuando no las vamos a usar durante horas
Parece mentira, pero si tienes la función 'Sincronizar' activada en tu Xiaomi, la batería le va a durar menos que si la tienes quitada -El mismo HyperOS te avisa de que si la desconectas, tendrás que sincronizar tu mismo tus cuentas como la de WhatsApp, o Gmail para saber si tienes mensajes nuevos.
Y así también con otras como los datos -si estás en casa y tienes Internet, no los necesitas, solo el WiFi-, el GPS, el NFC... Si no te vas a mover de casa, o si te vas a ir a dormir, lo mejor es desconectarlas si no vas a apagar el móvil. Así no están en segundo plano activos, y el móvil está trabajando menos.
Si usas el móvil como alarma igual que yo, un truco es activar el Modo Avión, que inmediatamente desconecta WiFi, datos, sincronización, etc. Por la mañana lo quitas al despertarte y verás como todas las funciones se activan de nuevo.
En Mundo Xiaomi | No, aún no tengo la actualización a HyperOS 3, pero cada semana abro esto en el móvil para intentar forzarla
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