Corría el año 2019 cuando a Xiaomi se le ocurrió una idea que aún a día de hoy sigue siendo una completa locura: envolver un teléfono al completo con su propia pantalla. Con este concepto en mente nació el Xiaomi Mix Alpha, un terminal con pantalla waterfall que vino a revolucionar una industria que se estaba empezando a convertir en algo bastante continuista.
Por desgracia, este equipo sólo se vendió en China por un precio que rondaba los 2.559 euros al cambio y jamás llegó al mercado Global, pero es algo comprensible si vemos lo que sigue ocurriendo a día de hoy con los Mix Fold y que esperamos que muy pronto pueda llegar a solucionarse para poder disfrutar de los mejores smartphones de Xiaomi en todo el mundo.
Da igual por donde lo mires: el teléfono es impresionante
Más allá de un hardware a la altura de lo mejor que se podía ver en aquella época con un procesador Qualcomm Snapdragon 855+, batería de 4.050 mAh con carga rápida a 40W o incluso memorias de hasta 12 GB de RAM y 512 GB de almacenamiento interno, el Mix Alpha destacaba por incorporar un panel OLED flexible de 7,92 pulgadas que ocupaba prácticamente toda la superficie útil del equipo.
Esta pantalla estaba presente tanto en la parte delantera como en la trasera, y únicamente estaba dividida por un módulo de cámaras vertical en el que se escondía un sensor principal de 108 MP junto a un gran angular de 20 MP y un zoom óptico de dos aumentos. Como veis, no teníamos cámara frontal, pero tampoco la necesitaba ya que podíamos usar los sensores principales para hacer fotos en cualquier dirección sin perder la visión de la pantalla.
Lo que sí que generó algo de controversia es el hecho de poder agarrar este teléfono con la mano y que la pantalla no tomase esto como toques en falso dentro de la interfaz. Para ello, Xiaomi introdujo una serie de sensores que, combinados con unos algoritmos de inteligencia artificial, hacían que se reconociesen automáticamente esos toques para trabajar correctamente.
Sin embargo, el hecho de tener un diseño tan rompedor supuso dos inconvenientes bastante importantes. El primero de ellos es que hablamos de un móvil que pesaba 241 gramos, por lo que precisamente ligero no es que fuese. Y el segundo tenía que ver con que no teníamos botones físicos por falta de espacio, por lo que el simple hecho de subir o bajar el volumen tenía que hacerse a través de la pantalla táctil.
Quizás fue una de éstas razones añadido a un precio bastante elevado por lo que Xiaomi decidió dejar al Mix Alpha como un concepto exclusivo para China y no llegó a más mercados, pero eso no quita de que estemos delante de uno de los smartphones más impresionantes que hemos podido ver nunca sin importar la marca de la que estemos hablando.
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