El concepto imaginado por Phillipe Starck en 2017 con el primer Mi MIX alcanzó su techo con un Mi MIX 3 que despejó su frontal por completo: ni biseles superior e inferior, ni marcos ni nada. No había un solo elemento en su frontal que desviase la atención de su pantalla. Ni siquiera su cámara frontal, pues a simple vista parecía no tener ninguna.
Presentado y lanzado en 2019, un año antes que el mundo cambiase para siempre, el Mi MIX 3 fue otra demostración de Xiaomi de cómo implementar novedades sin recurrir a cambios radicales, aunque sí imaginativos. Pero, ¿dónde llevaba entonces la cámara frontal?
La era de los deslizables
Desde la época del primer iPhone, los móviles han evolucionado considerablemente. Pero si nos fijamos, el diseño base siempre ha sido el mismo en estos 16 años al margen de los flexibles: una pantalla frontal táctil inamovible alrededor de la cual han ido viniendo todas las innovaciones.
Primero fue reducir el tamaño de los tres botones físicos inferiores; luego se convirtieron en digitales y pasaron a estar dentro de la interfaz. Los biseles se fueron reduciendo hasta que nacieron los modelos 'bezel-less', y la cámara frontal pasó primero a integrarse en un notch que el iPhone X puso de moda, y luego, como hoy día, a estar o microperforada en pantalla o directamente debajo de ésta.
En el afán estético y estilístico por innovar, pero una innovación que no rompiese con el diseño clásico -como sí hacen los smartphones flexibles, que siguen sin ser adoptados aún de forma masiva-, 2019 pareció convertirse en el año de los móviles 'deslizables': tanto el Samsung Galaxy A80 como el Xiaomi Mi MIX 3 optaron por esconder la cámara frontal dentro del chasis, lo cual dejó todo el espacio libre para la pantalla.
Fuera de la tendencia impuesta del nocht
Sin querer caer en el diseño que la gran mayoría de marcas copiaba, el Mi MIX 3 fue otra apuesta por buscar algo propio y escapar de la tendencia. Eliminando la cámara Selfie y moviendo el lector de huella a la parte trasera acristalada curvada, los diseñadores lograron ese diseño 'todo pantalla' pero de forma literal, logrando un panel que cubre más del 93% de la superficie frontal del terminal.
El resultado fue un modelo tremendamente Premium, un auténtico smartphone de lujo que no se parecía a nada del mercado, y que impuso una tendencia que no se ha podido copiar hasta hace 1-2 años, cuando las marcas empezaron a montar la cámara debajo de la pantalla -algo que de momento no es tendencia y que pocos montan, como los Galaxy Z Fold 4 y Fold 5.
De esta forma, para acceder a la cámara frontal, altavoz y otros sensores del Mi MIX 3 tenías que deslizar físicamente el frontal del móvil con el dedo para mostrarla, algo que los 'dumbphones' pre-iPhone 1 ya usaban en esa era anterior a 2007. Un gesto que Xiaomi aprovechó para mapear otras funciones como empezar a grabar un vídeo, contestar a mensajes entrantes y comprobar el tiempo, además de darte la opción de personalizar una función en este gesto deslizante, y abrir la app que quisieras.
Los elementos mecánicos siempre tienen un uso limitado
¿Por qué la mayoría de móviles del mercado no suelen montar elementos no mecánicos a nivel de uso y funcionalidad? Porque estos elementos tienden a acumular estrés con el uso y son puntos que con el tiempo merman la integridad estructural del aparato, siendo además averías caras de reparar. Los móviles flexibles actuales, que vienen con su propia pestaña, te garantizan una cantidad de veces que puedes abrir y cerrar el dispositivo, pero no te garantizan veces ilimitadas.
Con el Xiaomi Mi MIX, la compañía señalaba en las promos que "la parte frontal del teléfono es prácticamente pantalla gracias a su diseño de cámara dual oculta, que es posible gracias a su cuerpo deslizante magnético que se mantiene intacto incluso después de 300.000 pruebas de apertura", asegurando así que los 3-4 años que fueses a pasar con el móvil no tuvieses problemas con el mecanismo deslizante.
Pura potencia de hace 4 años
Con una pantalla AMOLED FHD de 6,39 pulgadas, a nivel interno el Mi MIX 3 era una bestia en su versión máxima, ya que montaba un procesador Snapdragon 845 de gama alta y 10GB de RAM + 256GB de espacio interno. A nivel de cámaras presentaba un sensor frontal Dual con doble lente de 24MP y 2 megapíxeles, pero en la trasera se quedaba corto con otra Dual de 12MP + 12MP.
El conjunto traía MIUI 9 basado en Android 10, y una batería de apenas 3.200mAh. Estas son características que hoy día no montan ni los móviles Xiaomi más económicos, pero 4 años son muchísimo en la evolución tecnológica hoy día.
Innovador y elegante, el gesto de deslizar para sacar la cámara sin duda sigue llamando la atención de un móvil que aún puedes comprar en la web oficial de Xiaomi España en su versión 6GB + 64Gb por 599 euros.
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