No cabe duda de que el futuro de los smartphones cada vez va más encaminado a darnos unas baterías más grandes para poder conseguir una autonomía mayor, y buen ejemplo de ello es lo que estamos viendo en China con unas capacidades que ya alcanzan los 7.500 mAh como en el caso del recién presentado Xiaomi 17 Pro Max. El problema es que aquí, en Europa, las reglas del juego son distintas: por ejemplo, en el nuevo Xiaomi 17, que presume en su versión china de 7.000 mAh, cuando llegue a nuestro mercado ya se habla de que su capacidad se quedará en 6.300 mAh debido a una ley europea que está frenando parte de la evolución en las baterías de los móviles.
Detrás de este recorte hay una ley que muchos desconocen, pero que afecta de lleno a los móviles con grandes baterías. Europa considera que toda celda que supere los 20 vatios-hora se clasifica como “mercancía peligrosa”, es decir, que cualquier móvil con una celda superior a 5.200 mAh se convierte en un quebradero de cabeza logístico. Transportarlo por carretera o avión requiere permisos especiales y pocas empresas quieren asumir ese coste extra, así que al final resulta más sencillo reducir esa capacidad por parte del fabricante y ahorrarse dolores de cabeza.
El límite que frena las baterías gigantes
La consecuencia de todo esto es sencilla: los móviles con baterías enormes que vemos en China difícilmente llegarán a Europa con esa misma capacidad y, en el caso de que decidas importar uno por tu cuenta, el riesgo no es menor. Muchos envíos declaran la batería de forma incorrecta lo que hace que el paquete se considere ilegal a ojos de aduanas y, además de ello, en el caso de que necesites pasar por el servicio técnico la marca se lava las manos a la hora de gestionarlo dado que el transporte es carísimo.
Algunos podríais pensar que una posible solución puede ser añadir más celdas para así estar divididas en diferentes bloques, pero eso implica más espacio interno, más peso y más calor, justo lo contrario de lo que buscan las marcas cuando pelean por fabricar el móvil más fino y eficiente del mercado, así que al menos a corto plazo no parece que esto se vaya a solucionar de forma sencilla.
Por eso, algunos fabricantes han optado por una vía intermedia: ajustar el voltaje para que la batería se mantenga por debajo del límite de los 20 Wh, aunque eso suponga perder capacidad nominal. Esto mismo es lo que explica por qué un modelo anunciado en China con 6.000 mAh puede quedarse en 5.200 mAh al venderse aquí ya que, aunque a simple vista parezca el mismo modelo, a la práctica viene bastante capado en este aspecto.
Y lo peor de todo es que esta regulación no va a cambiar a corto plazo. Las revisiones legales más optimistas apuntan a 2027 como fecha mínima para una actualización de la norma, así que toca seguir esperando y, mientras tanto, más nos vale optimizar el uso del móvil, cuidar los ciclos de carga y tirar de los clásicos trucos de ahorro energético ya que, por desgracia, estas capacidades locas por ahora van a tener que esperar.
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