La "ocupación del espacio público" tiene un coste. Los miles de envíos diarios que Amazon y otros muchos portales de eCommerce ejecutan hacen un uso intensivo de nuestras calles. Algo que según el la Hacienda pública en particular y el Gobierno de España en general consideran que debe ser gravado.
Esta es la premisa de la "tasa Amazon", que también aplicaa a El Corte Inglés, AliExpress, Ikea y Carrefour. El impuesto basado en la Directiva 2008/8/EC —la cual entró en vigor el 1 de enero de 2015— y que actualmente está pendiente de aplicación.
Y un gravamen local por ocupar —y saturar— plazas y calles que pertenecen al dominio público como consecuencia de la entrega a domicilio de estos miles de paquetes. Y este tributo, al parecer, no debería recaer exclusivamente sobre el vendedor, también sobre el comprador.
El precio de comprar por internet
La logística ha transformado nuestras ciudades. Las principales empresas de paquetería tienden a agrupar pedidos por proximidad, compartiendo caja y ventana de entrega, pero esta no es una solución a medio plazo. Los sistemas de taquillas, portero inteligente o tampoco parece modificar mucho nuestros hábitos de compra y gestión.
El reparto con drones podría ser una alternativa, más ecofriendy y barata: congestionaría mucho menos el tráfico y, a nivel humano, supondría un avance. Sin embargo, este modelo también comprenden peligros y dudas a nivel legislativo —sobre la privacidad, seguridad del espacio aéreo y otas muchas cuestiones—.
Pero volvamos a la "tasa Amazon". En dinero contante y sonante, ¿de cuánto estamos hablando? Las cifras aún no han sido estimadas, pero hay precedentes —como los tres dólares por paquete en la ciudad de Nueva York— y hay una clara intención legisladora.
Varias patronales apuntan a que esta decisión perjudica a todo el ecosistema de pymes y autónomos que dependen de estos servicios, y a las miles de familias que se ahorran algo de dinero adquiriendo al mejor precio sus gangas y ofertas más atractivos.
En último término, este impuesto encarecería ligeramente el precio final del producto, como ya hizo el canon digital sobre la Propiedad Intelectual aplicado a cientos de productos como son discos duros, móviles e impresoras. Por desgracia, y a diferencia de este canon, la tasa Amazon no podrá reclamarse como un recargo indebido, a diferencia del reembolso que solía pedirse mediante ventanillaunica.digital.