Para ser suaves, podemos afirmar que las relaciones entre China y Taiwán son bastante mejorables. La incómoda tensión que viven ambos países, con la eterna amenaza de invasión de los primeros sobre los segundos, lleva bastante tiempo sin relajarse. Y como no podía ser de otra manera, esta tensión también se traslada a otros sectores además del bélico. Como el sector tecnológico, por ejemplo, en el que Xiaomi tiene mucho que ganar y que perder.
La ‘culpa’ de que a Xiaomi deba importarle, y mucho, la posible invasión de Taiwán por parte de China reside en dos de los mayores fabricantes de semiconductores del planeta. Uno de ellos, TSMC, responsable de la fabricación de buena parte de la producción anual de chips de Qualcomm. Los archiconocidos Snapdragon. El otro, MediaTek, responsable de prácticamente el resto de la producción mundial, con otros fabricantes jugando un papel muy menor en el mercado. Y Xiaomi está en medio de ambos frentes.
El posible apagado de máquinas de TSMC y ASML
La tensión entre ambos países es tan real que varios fabricantes de chips de altísimo peso estratégico en el mercado, y ahí hay que incluir a la holandesa ASML, ya cuentan con planes de contingencia en el caso de que China se decida a llevar a cabo sus planes (no hay nada oficial) de invadir la isla de Taiwán y recuperar la soberanía que tantos años llevan reclamando.
Desde ASML incluso han realizado simulaciones de apagado de máquinas en caso de invasión, y en TSMC (Taiwan Semiconductor Manufacturing Co.) piensan de la misma manera. Ambas compañías se han reunido ya incluso con el Departamento de Defensa y con el Departamento de Comercio de Estados Unidos para tratar sobre este riesgo real de que Taiwán sea invadida. Pero independientemente de cómo afecte esto a Estados Unidos, otros fabricantes dependen de forma directa de estos gigantes de los semiconductos. Y Xiaomi, una de las marcas con mayor cuota de mercado del planeta, está entre los más importantes.
Tanto ASML como TSMC están ya preparadas, con planes cuidadosamente medidos y armados, para realizar un apagado a distancia de su maquinaria en caso de invasión. El sistema EUV de grabado de obleas de silicio de ASML, que cuenta a TSMC como uno de sus clientes más importantes, está preparado para apagarse de forma radical en caso de invasión y así proteger los intereses de la firma holandesa, y de buena parte del mercado.
Lo que China quiere es recuperar un territorio, Taiwán, que lleva tiempo reclamando como propio. Y aunque Xi Jinping, el presidente del país, lleva tiempo dejando claro que su intención es la de llevar a cabo una unificación pacífica de ambos territorios, la invasión militar nunca queda descartada del todo. Estados Unidos, por ejemplo, ya ha advertido de que China estaría lista para invadir Taiwán en 2027, por lo que hablamos de una amenaza real.
Así que Xiaomi, que tiene buena parte de la producción de sus procesadores, tanto para móviles como para su Xiaomi SU7, supeditada al buen funcionamiento de fábricas como la de TSMC en Taiwán, hace bien en tener los ojos muy abiertos en todo lo que respecta a la posible invasión de China a la isla. Pero ojo, porque no es Xiaomi la única que debería tener cuidado. La propia TSMC ha sido advertida por el mismísimo gobierno de Taiwán de que su mejor tecnología se quedará allí a pesar de su expansión internacional. Así que si los planes de TSMC pasan por reanudar la fabricación de chips lejos de Taiwán, lo va a tener complicado. Y Xiaomi tendrá complicado a su vez encontrar suministro para sus procesadores.
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