Somos muchos los que recordamos con cariño, aunque quizá con más carga de nostalgia, la época en la que usábamos tarjetas microSD para ampliar la memoria interna de nuestros móviles. No ha pasado tanto tiempo de aquello, apenas una década, aunque en el mundo de la tecnología el tiempo vuela. Como también se producen cambios que hacen que tendencias pasadas no sean necesarias. Es el caso de las microSD, que no sólo ya no hacen falta en la mayoría de casos, sino que ni siquiera las aconsejo.
Lejos quedaron los móviles con 8GB o 16GB de memoria interna. Éstas han crecido, incluso más, porcentualmente hablando, que los requisitos de espacio de las propias apps. Por eso hoy han caído en desuso y cada vez es más difícil encontrar móviles que las soporten. En el catálogo de Xiaomi todavía quedan modelos con bandeja para la microSD, sobre todo en las franjas más económicas, pero ni ahí hacen realmente falta. Y como dije antes, yo ni siquiera recomiendo usarlas. Por estas razones.
MicroSD, muchos problemas para tan poco beneficio
Basta con echar un vistazo a los móviles actuales para darse cuenta de que las memorias han evolucionado mucho con los años. Ya es extremadamente difícil encontrar móviles Xiaomi a la venta con menos de 64GB de espacio interno, lo que debería darnos memoria suficiente para multitud de apps, juegos, fotografías y vídeos y para apoyarnos en la nube, como Xiaomi Cloud o como Google Fotos. Pero si aún así estamos tentados de ampliar la memoria con una microSD, y nuestro modelo lo permite, hay que tener en cuenta sus contras.
Empecemos con la velocidad de lectura, algo que parece una nimiedad pero que es clave para todo el sistema. Porque si un apéndice del teléfono móvil es más lento que el resto, todo el móvil sufre de esta falta de velocidad y se ralentiza, sobre todo si hablamos de un dispositivo de lectura y escritura al que el móvil tiene que estar acudiendo. Para hacernos una idea, un móvil con una eMMC de almacenamiento interno estándar, sin acudir a dispositivo más potentes, ya duplica la velocidad de una microSD tipo UHS-1, que está en torno a los 200 MB/S de velocidad de lectura.
Si pensamos ya en un Xiaomi con una memoria interna UFS 2.2, bastante comunes en el catálogo, hablaríamos de velocidades de lectura cercanas al GB/S. Así que cualquier cosa que guardemos en la microSD, ya sean juegos, apps o fotografías, se leerán a mucha menos velocidad de la que el móvil requiere, y lastrará todo el sistema operativo. Es algo a tener en cuenta porque echarle la culpa al móvil de que va lento es fácil, pero quizá la lentitud provenga de esa microSD que, a mi juicio, no debería estar ahí interactuando con el resto del teléfono. Yo no contemplaría usarla.
Otro aspecto importante con el uso de las microSD es el de la seguridad. Usar una microSD en tu Xiaomi, como en cualquier teléfono Android, hace que el teléfono sea menos seguro. Las microSD no se cifran como sí lo hace el resto del teléfono, así que no sólo hacen que todo lo que almacenen sea vulnerable, sino que generan una vulnerabilidad que puede afectar a todo el teléfono móvil.
Y por último, pero no por ello menos importante, está el tema de la durabilidad. A no ser que acudamos a una tarjeta microSD de alta calidad, lo habitual es que en ellas se produzcan fallos antes que en el almacenamiento del propio teléfono móvil, lo que comprometerá cualquier dato que almacenemos en ellas. Todo esto sumado hace que, si podemos evitarlo, mejor será no acudir a las microSD en ningún caso. Habrá situaciones extremas, claro está, pero por norma yo siempre recomendaré no usar microSD en el teléfono móvil. No lloraré cuando desaparezcan.
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